La duración de la película es, afortunadamente, corta. Con una hora y media no se hace monótona ni lenta, sino que va directamente al meollo del asunto. Es una película que bebe directamente de las clásicas sagas de asesinos en serie que se rodaron en los 80 (estilo Freddy Krueger). Con su justa dosis de humor, que en ocasiones se queda en un "quiero y no puedo", con sus jóvenes descerebrados que mueren de las formas más inverosímiles, con su "sexo=muerte" que es un clásico de las películas de este género.
La película sigue una línea argumental típica: hace unos años, un policía perdió la mano al intentar detener a un asesino en serie que arrancaba los ojos a sus víctimas. Su compañero novato murió durante la operación, y consiguió herir de gravedad al asesino y rescatar a su última víctima con vida (pero sin ojos).
Saltamos al presente, donde el policía manco trabaja de funcionario de prisiones. Recoge a un grupo de presos (edad media: 20 años) tanto chicos como chicas para llevarles, en un experimento piloto, a un viejo hotel destrozado donde trabajarán para restaurarlo. El hotel está a cargo de una viejecita amable, que les informa que las dos últimas plantas están cerradas. A partir de este momento, el asesino arrancador de ojos (que vive en esas dos últimas plantas y se mueve por una serie de túneles secretos) se dedica a espiarles e ir matándoles de uno en uno.
La película adolece de varias carencias. En primer lugar, con una premisa tan tópica, no llega a innovar en nada. Esto hace que sea una más del montón. En segundo lugar, aunque algunas de las muertes tienen cierto componente de humor negro (la activista vegetariana defensora de los
animales es devorada por unos perros callejeros hambrientos a los que había alimentado antes), éste no llega a ser lo suficientemente intenso como para levantar la cinta. Los actores (por llamarlos de alguna manera) no son especialmente buenos ni creíbles, y desde el principio puedes saber quién vive y quién muere (basta con ver qué personaje está más desarrollado que
otro). Aunque en este aspecto hay alguna sorpresa (menor).
Otra carencia importante es que tiene contínuos flashbacks sobre la infancia del asesino. Aunque esto debería darnos una visión de su mente, en realidad sólo sirve como vehículo para la vuelta de tuerca final, que encima resulta algo manida.
Sin embargo, la película no deja mal sabor de boca. Quizás sea por su breve duración (para lo que estamos acostumbrados) o porque el ritmo es muy ágil. Quizás es porque las muertes, aunque poco elaboradas, son lo suficientemente rápidas como para no resultar cansinas. Aunque el asesino (un actor gigantesco que pone cara de palo todo el tiempo) no pasará a la historia del
cine como un clásico, si que da una imagen de inevitabilidad muy de agradecer en estas películas.
Valoración:
1 comentario:
De hecho, el actor que interpreta al asesino es Kane, un famoso luchador de wrestling de la WWE.
Enhorabuena por el blog. Mola. :D
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