Y aquí tenemos la tercera parte de la saga Resident Evil. Como las anteriores, no es un producto pensado para causar sensación, ni pasar a la historia del Cine, ni siquiera para demostrar lo que se puede hacer con buenos efectos especiales.
Es una película pensada para tomarse un bol de palomitas mientras la ves y luego ver otra cosa.
Es entretenida, aunque los personajes son todos estereotipos que no revierten ningún interés. Los Zombies no son los veloces de 28 días/semanas después pero tampoco son los lentorros de las clásicas de Romero (y sucedáneos). Son algo intermedio.
La peli tiene sus buenos momentos, sus malos momentos y sus momentos indiferentes.
En el comienzo de la película te encuentras con una pseudo-repetición de lo ocurrido en la primera (la mansión Umbrella) y la segunda (el laboratorio), enlazando de forma elegante las tres películas. Tras descubrir que todo es un experimento de clonación de Alice (la protagonista) se noscuenta que el virus se ha extendido por todo el mundo, transformándo a todos en Zombies y haciendo que el mundo sea un desierto. La única manera de sobrevivir es mantenerse en movimiento, pues los Zombies detectan a los humanos.
Y empezamos la acción con un (pequeño) despropósito. Alice se encuentra atrapada por una familia estilo Matanza de Texas que no se sabe muy bien qué es lo que quieren, pero tienen unos perros mutantes (guiño a la primera película, donde ya aparecían estos bichos) y Alice se encarga tanto de los perros como de los psicópatas.
Luego se nos van presentando al resto de los personajes, supervivientes que viajan en una caravana de camiones y autobuses reforzados en busca de combustible, comida y otros supervivientes. Desgraciadamente, la personalidad de estos supervivientes es, prácticamente, inexistente. Son personajes planos, con los que no te identificas en ningún momento, hasta el punto que te da igual lo que les pase, si viven o mueren.
Este es el mayor defecto de la película, pues aunque sea una peli de acción más que de terror, el hecho de que no te importe lo que les pasa, ni siquiera si les pasa algo, hace que sea absurdo. Hay varios que se sacrifican (inútilmente, en algunos casos) por salvar a sus compañeros, y al espectador le da igual.
Luego tenemos que Alice, en un momento de la película, desarrolla poderes psíquicos tremendamente poderosos. ¡Y a nadie le parece extraño!
Finalmente, tenemos un enfrentamiento entre un nuevo mutante y Alice, en el interior del complejo Umbrella subterráneo de rigor. Aquí resulta que ambos (Alice y el nuevo mutante) desarrollan poderes psíquicos, lanzándose ondas de poder que destrozan todo a su alrededor.
La película tiene unos efectos especiales pasables, que recuerdan en muchos aspectos a los juegos de ordenador. Sin embargo, en ocasiones se nota demasiado la introducción de CGI (imágenes por ordenador) para mejorar o decorar las escenas.
El ritmo de la película no está mal, con algunas escenas memorables (esos científicos llevando un cadáver en una instalación protegida rodeada de cientos o miles de Zombies) y muchas otras para olvidar.
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