Estaba nervioso. Paseaba de un lado a otro, esperando que el médico salga del quirófano. Los nervios me atenazan el estómago, y no sé ni qué hora es. Todo ha sido muy rápido. Hace un momento estábamos en casa, relajados, tranquilos. Y ahora, en el hospital, con urgencia.
La puerta se abre y viene la doctora. Trae algo entre los brazos.
- Todo ha ido estupendamente -me dice, mientras deja a mi hija recién nacida en mis brazos. La doctora dice algo más, pero no me entero. Ella lo sabe, y deja la habitación con una sonrisa en los labios.
¿Y el manual de instrucciones? ¿Qué hago ahora? Mi bebé...
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