Nos encontramos ante un nuevo ejemplo del género de terror gore de Hollywood. La segunda parte (en inglés, por lo menos) de "Las Colinas Tienen Ojos" (remake a su vez de una película de Wes Craven que también tuvo una segunda parte) intenta mantener el aspecto visual de la primera parte, pero haciendo una nueva película.
Está claro que el género de mutantes o deformes que viven en terrenos casi inaccesibles y que acechan a los viajeros para devorarlos es, desde "La Matanza de Texas", un clásico del cine de terror gore.
Y esta película no es sino un ejemplo más. Aunque la primera parte es bastante original, luminosa incluso, la segunda parte vuelve a los tópicos, perdiendo toda la (poca) frescura de que hacía gala originalmente.
El argumento retoma lo contado inicialmente en la primera película, pero sin hacer ninguna referencia a la misma. Así, nos encontramos con un área donde el ejército de tierra estadounidense realizaba prácticas de bombas nucleares y ahora utiliza como campo de tiro. Si se ha visto la anterior, se sabe que allí hay unas minas, pero en ésta prácticamente no lo nombran.
La película comienza con un grupo de científicos y soldados que están realizando algún tipo de experimento. En un momento dado, alguno es atacado y desaparece. A partir de este momento empieza realmente la película, presentándote a un grupo de soldados novatos que tienen que ir a esa zona a llevar material. Cuando llegan, obviamente no hay nadie.
En esta primera parte, con los soldados recorriendo el desierto en busca de algún superviviente y siendo cazados uno a uno, es donde la película muestra sus mayores méritos (y algún que otro defecto). Te deja bien claro lo novatos que son los soldados, lo torpes e inútiles que son, pero también que, en ocasiones, pueden defenderse e incluso realizan una emboscada contra uno de los deformes.
Poco a poco van cayendo, y finalmente queda un reducido grupo que tiene que internarse en el interior de la montaña, por las cuevas de sus enemigos, para rescatar a uno de ellos. Y a partir de este momento, todas las virtudes que tenía la película desaparecen. Los personajes empiezan a comportarse de forma estúpida, para morir poco después. Los deformes también dejan de comportarse como hasta ahora, y aparecen algunos que no tienen ninguna motivación para sus acciones.
Las escenas son oscuras, caóticas. En manos de un mejor director, el contraste entre la parte luminosa y la parte oscura podría haber dado resultado, pero aquí no es así, dejando un aspecto caótico.
Es en este momento, dentro de las cuevas, donde se dan los momentos más absurdos de la película, y las escenas gore más innecesarias, cuando los soldados (los pocos que quedan) se pasean por una sala llena de muertos y vísceras. Escena innecesaria completamente y que no aporta nada al desarrollo.
Mientras que "Las Colinas Tienen Ojos" muestra cómo, en algunas situaciones, una persona normal se puede volver tan salvaje como los mutantes deformes (tanto en la de Wes Craven como en el remake), en ésta versión intentan darle ese enfoque hacia el final, sin conseguirlo
Valoración:
Como curiosidad, la película tuvo un gran número de carteles diferentes. El que encabeza esta entrada fue el que se utilizó en España. En Estados Unidos se utilizó inicialmente el de la izquierda, que fue considerado demasiado "gore" por la censura estadounidense y sustituido por el de la derecha.
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