jueves, 9 de febrero de 2017

No hay salida

El edificio ha sido vaciado. Sólo quedo yo. Me acerco lentamente a la bomba, que tiene el cronómetro en marcha. La bomba es una creación casera, con una gran cantidad de explosivos. La detonación podría dañar o incluso derribar el edificio.
Y mi trabajo es desactivarla.
Mientras la cuenta atrás continuaba, yo estudiaba la bomba he iba separando sus partes. No podía permitirme ninguna distracción.
Por el rabillo del ojo vi a una figura que se movía entre las columnas. La miré. Era una mujer, vestida de blanco. Hermosa. Muy hermosa. Venía hacia mi. Etérea, vaporosa, irreal.
Me quedé embelesado.
Y el cronómetro llegó a cero.

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