lunes, 23 de noviembre de 2015

[Desafío 30 días] Pregunta 22

Pregunta 22: Idea de aventura con dos entidades diferentes de las descritas en el día 4. Puedes consultar los dioses aquí

Aunque lo más fácil sería reutilizar a Xonthal y a Gorocha (que dan mucho juego), vamos a hablar de otras dos entidades diferentes: Justido, patrón de las causas estúpidas (del que puedes leer aquí)
y Kalimá, el Devorador (del que puedes leer aquí)



Y es que Arvendel, un paladín algo despistado que había realizado varios seminarios sobre Dioses Menores y se había aprendido los nombres de todos, decidió una vez enfrentarse a unos ogros en combate cuerpo a cuerpo, aún sabiendo que perecería, para dar tiempo a sus compañeros a escapar. Y dicho y hecho, con el grito de guerra y consagrándose al dios de las causas perdidas, cargó al combate.

Y se equivocó de dios. En lugar de invocar a Justido, invocó a Xonthal. Y, cuando se dio cuenta de lo que había hecho, ya estaba metido en... combate... con dos de las ogresas, ante la mirada asombrada de los compañeros ogros. Y, como Arvendel era sabio (despistado, pero sabio) se propuso desviar la atención de Xonthal, mediante la técnica del "beso de Xonthal". Y como Arvendel era sabio, pero idiota, volvió a invocar al dios de las causas perdidas.

Y se equivocó de dios, de nuevo. E invocó a Kalimá el Devorador.

Tras una serie de peripecias no aptas para menores que no vamos a narrar aquí, Arvendel regresó a la civilización. Y sus compañeros se alegraron de verlo. Y sufrieron la maldición de Kalimá, al igual que muchos otros en Highdell.

Así que ahora un grupo de aventureros tiene que resolver al triple maldición que acecha a Arvendel y sus amigos: el desprecio de Justido, que ha sido ignorado por dos veces. Esto hace que las causas de Arvendel nunca lleguen a buen término. La maldición de Xonthal, que divertido por toda la situación
no ha dejado de hacer estragos entre Arvendel y sus amigos, por muchos "besos de Xonthal" que utilicen. Y la maldición de Kalimá, que hace que las ladillas sagradas se extiendan como la pólvora...

Una epopeya digna de grandes héroes, pero que no se narrará muy a menudo... excepto a altas horas de la noche.

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